Una visita a estas dos ciudades del oeste de Francia, separadas por un centenar de kilómetros, nos ofrece una panorámica de la construcción en madera a través del tiempo, desde la arquitectura tradicional de entramado pesado de madera del siglo XV a los modernos edificios con un alto de grado de industrialización de la actualidad.
La semana pasada viajamos a Francia para asistir a Carrefour International du Bois, considerado el salón profesional de la industria de la madera líder en Europa. Un evento bianual que en su 15ª edición congregó en la ciudad de Nantes a 550 expositores y más de 11.500 visitantes procedentes de 85 países.
Aserraderos, fabricantes de paneles, tableros, parquéts, revestimientos y de todo tipo de soluciones de madera para la construcción, además de conferencias de prestigiosos expertos, convierten a este encuentro en una cita imprescindible para realizar contactos comerciales, conocer las últimas novedades, así como palpar la situación actual del sector y obtener algunas pistas sobre las futuras tendencias.
El programa del salón incluyó una serie de visitas a edificios de madera situados en la zona, acabados o en construcción. De este modo, tuvimos la oportunidad de conocer proyectos de envergadura como Kibori, inmueble de oficinas de planta baja + 5 realizado en madera CLT procedente de bosques locales con certificado PEFC.
También un edificio plurifamiliar con estructura y revestimiento de madera, de planta baja más tres cuyas ventanas son de la empresa K-Line, proveedor habitual en las viviendas de House Habitat. Por último, visitamos las obras de la segunda fase de un magnífico proyecto con la madera como protagonista, Erdre et Parc 2, compuesto por un conjunto de 26 edificios, de planta baja más dos pisos, que albergarán 55 apartamentos.
Por tanto, tuvimos ocasión de constatar cómo en esta parte del oeste del país vecino se apuesta firmemente por la madera como material de construcción de calidad y respetuoso con el medio ambiente en un contexto que requiere acciones concretas para combatir el cambio climático desde diferentes ámbitos.
Pero es que con madera se han construido edificios desde siempre, como pudimos comprobar, una vez más, al día siguiente. Ya fuera del marco de la feria -y debido a la cancelación de nuestro vuelo de regreso- disfrutamos de una imprevista jornada turística en la cercana localidad de Rennes, donde nos quedamos fascinados por las numerosas muestras de arquitectura en madera que alberga su centro histórico. ¿Quién dijo entonces que la madera no es duradera?
Por lo que pudimos indagar, las casas de entramado pesado de madera proliferaron desde finales de la Edad Media en toda la región de Bretaña, principalmente en Rennes, donde hoy, más de 500 años después, se conservan un total de 286 ejemplos, dotando a esta ciudad de un pintoresco centro histórico de coloridos edificios.
Las «maisons à pans de bois», que así se denominan en francés, tienen hasta tres o cuatro plantas, y las superiores suelen tener más superficie que la baja. El sistema de entramado pesado de madera se utilizó hasta el siglo XVIII, aunque a lo largo del tiempo se aprecian los diferentes estilos constructivos utilizados. Incluso en una sola calle, la Rue Du Chapitre, conviven muestras en las que se puede constatar esa evolución. La más sorprendente es la casa de l’Escu de Runfao, del siglo XVII, cuya fachada en mortero rojo y amarillo forma un original dibujo geométrico.
Aunque la casa más antigua, y quizás la más llamativa, es Ti Coz (casa antigua en bretón). De color rojo intenso, fue construida en el primer cuarto del siglo XVI (en 1505 si atendemos a la inscripción de la fachada). Fue construida para los canónigos de la cercana catedral, un uso muy distinto al actual, que funciona como discoteca.
Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga, y después de dos días inmersos en las últimas innovaciones en cuanto a construcción en madera, quien iba a decirnos que -una informalidad de Vueling- nos iba a permitir una vuelta a los orígenes de la arquitectura con este material natural: la madera siempre estuvo ahí. Y siempre estará…