Las construcciones pasivas y de consumo de energía casi nulo se caracterizan por el empleo de técnicas dirigidas a minimizar el aporte energético necesario para disfrutar de una temperatura confort, tanto en los meses fríos como en los calurosos.
Esto se consigue, principalmente, utilizando materiales aislantes, procurando una gran estanqueidad y eliminando los puentes térmicos con el objetivo de reducir al máximo la entrada de aire no deseado.
En este tipo de edificios tan herméticos, utilizar materiales ecológicos en la construcción resulta primordial para favorecer la calidad del aire interior.
Cierto es que en estas construcciones se suele instalar –en Passivhaus es obligatorio– un sistema de ventilación mecánica con recuperador de calor que filtra de impurezas el aire que accede al edificio, a la vez que expulsa el aire viciado del interior. No obstante, conviene tener en cuenta la existencia de otras sustancias contaminantes en la vivienda perniciosas para la salud de sus habitantes.
Claudia Muñoz, arquitecta técnica y miembro del equipo de House Habitat, ha analizado en su proyecto final de carrera cuáles son las estrategias que se pueden seguir para mejorar el aire interior en los edificios Passivhaus. Entre sus objetivos, comprobar si la ventilación mecánica era suficiente para conseguir un edificio saludable.
“En el estudio realizamos un análisis práctico de dos viviendas Passivhaus y otra convencional. Los resultados de las Passivhaus fueron muy positivos gracias a la ventilación mecánica, que favorece la regulación de los niveles de CO2 en el interior de las viviendas”, explica Claudia. “En cuanto a la vivienda convencional, cuya ventilación depende de la acción humana, los resultados fueron peores”.
La arquitecta técnica fue más allá en su investigación y midió otros elementos que perjudican la salud de las personas en un edificio como puede ser la presencia de formaldehidos, el inadecuado control de la humedad, los elevados valores de dióxido de carbono, así como aspectos como la radioactividad, la electroestática y los campos eléctricos y magnéticos de baja frecuencia.
Como conclusión destaca que es necesario atender a estos factores si queremos hablar de edificio saludable. “El empleo de materiales naturales, como la madera para estructura y aislamientos, las pinturas ecológicas libres de COV’s y formaldehidos, que los muebles y otros elementos decorativos y constructivos estén libres de compuestos químicos tóxicos, o que la instalación eléctrica sea biocompatible, consiguen reducir estos factores de riesgo para la salud”.
Con este trabajo, Claudia Muñoz pretendía demostrar que la búsqueda de un alto resultado en eficiencia energética no tiene porqué conllevar un aumento de factores de riesgo para la salud. “Si a la buena calidad de aire de la que disfrutan los edificios Passivhaus le sumamos materiales naturales y seguimos una serie de principios de la bioconstrucción logramos edificios favorables para la salud de sus usuarios”.
TABLA RESUMEN DEL ESTUDIO
Para las conclusiones se elaboró una tabla resumen de todos los factores de riesgo y los resultados de cada vivienda. Junto a estos se muestran los valores de referencia que no deberían sobrepasarse, y a la derecha del todo, una tabla de conclusiones finales en la cual, para poder establecer una comparación entre las tres construcciones, se establece un criterio de puntuación. En un rango de 3 puntos, a mayor puntuación, peores son los niveles de los diferentes factores (es decir, son mas altos excepto en el caso de la humedad relativa).
En el caso del dióxido de carbono, la peor puntuación la obtiene la vivienda convencional, ya que es la casa donde se han obtenido los peores valores de entre las tres. Siendo la Passivhaus nº2 donde se han obtenido los mejores resultados y por lo tanto, recibe la menor puntuación entre las tres.
Respecto la radioactividad, las dos Passivhaus tienen la misma puntuación, ya que los valores eran muy similares. En cuanto a la humedad relativa, recibe la mayor puntuación la que tiene un ambiente más seco.
Los valores de formaldehidos de las Passivhaus, en comparación con la vivienda convencional, son bajos, muy probablemente por la utilización de pinturas sin COV’s y de barnices inocuos, a diferencia de la vivienda convencional, donde se utilizaron pinturas plásticas y barnices tóxicos. Por este motivo reciben una puntuación inferior respecto la casa convencional. Entre las dos Passivhaus, el test preliminar proporcionó unos valores mas elevados en la Passivhaus 1 que en la Passivhaus 2, pero para poder verificar esto numéricamente, se debería de hacer un análisis de laboratorio más completo y exhaustivo.
La puntuación total refleja que la construcción con peor calidad ambiental es la casa convencional, donde a la hora de ejecutarse, no se consideró ninguno de los factores estudiados.
En cambio, en las Passivhaus, sí que se han tenido en cuenta diferentes factores como el empleo de pinturas y lasures naturales y la ventilación mecánica controlada a través de la cual el CO2 se controla constantemente.
[…] Construcción con materiales naturales y/o ecológicos: En el caso de House Habitat la madera como material estructural, así como para aislamientos. La madera es un material natural, que almacena CO2, de nula radiacitivad ambiental, y que por su composición porosa evita aglomeraciones de gas radón y COV en los edificios. Es un buen regulador de la humedad y la temperatura y contribuye a proporcionar sensación de confort y bienestar. Incluso tiene efectos positivos contra el estrés. En este blog ya hemos incidido en la importancia de los materiales naturales, aún mayor en construcciones passivhaus o de consumo de ener…. […]