Dentro de la Bioconstrucción hay una fase primordial antes de poder plantear cualquier proyecto, diseño,… y es realizar un estudio Geobiológico de la zona donde tenemos pensado construir. Si uno construye Bioclimaticamente, con materiales sanos tanto ecológicos como reciclados, pinturas ecológicas y sanas,… pero ubica su vivienda en una zona geopatogena no habrá optimizado las posibilidades de tener un hogar sano.
Os dejamos un articulo de Fernando Perez (de su Blog vivo en un lugar sano) donde os explicara como observar la naturaleza y aprender de la sabiduría popular de nuestros ancestros.
“Desde tiempos arcaicos, las antiguas tradiciones del mundo han venido ingeniando diversas artes para elegir los mejores lugares donde obtener salud, prosperidad, y transcendencia espiritual, artes surgidas de una sabiduría ancestral, cimentada en experiencias y conocimientos acumulados durante miles de años de observación del mundo. Algunas de estas artes continúan siendo muy populares en la actualidad, como es el caso del Vastu Shastra indio, y por supuesto, el Feng Shuí chino. Se trata, sencillamente, de encontrar nuestro lugar en el mundo, y por lo que sabemos, es algo que hacemos todos los organismos del planeta.
Antes de ubicar un asentamiento humano (tienda, choza o casa) es de vital importancia conocer la tipología bioenergética del área donde se va a realizar el asentamiento, la correcta elección del lugar es un factor que va a influir directamente en la calidad del descanso y en la salud de las personas que habitarán en ese lugar del mundo.
Desde nuestros orígenes, hemos seguido nuestro propio instinto para encontrar nuestro lugar perfecto, o al menos, hemos sabido aprovechar el instinto y la naturaleza de otros compañeros de viaje. Y es que os animales y plantas con los que compartimos hábitat, son un fabuloso indicador para diferenciar el buen lugar, del mal lugar.
Los pueblos nómadas, como es el caso de los indios americanos, disponían sus campamentos en los lugares donde decidían pacer sus caballos. Los beduinos del Sahara, preferían el lugar que elegían sus perros para descansar, el lugar favorito de los perros se convertía en el lugar donde poner las tiendas. A los perros se les considera un sentido capaz de encontrar lugares sanos sobre la tierra, y a sus contrarios, los gatos, parecen gustarles más los lugares que para nosotros tendrían un carácter insano.
En Centroeuropa, entre los siglos XVI, XVII, se llevaban hormigueros al lugar donde se pensaba edificar, si las hormigas se quedaban en el terreno, no se construía la casa, si se marchaban, y trasladaban el hormiguero, el lugar prometía salud y suerte a sus futuros moradores. En la actualidad, los científicos han podido observar que aquella misma especie de hormigas que se llevaban a los terrenos, suelen construir sus nidos sobre fallas geológicas, y se estudia su comportamiento como método de anticipación ante los terremotos. Esto es debido a su especial sensibilidad a las variaciones en la emisión de gases del subsuelo, y a los cambios producidos en el campo magnético terrestre antes de producirse un movimiento sísmico.
Las hormigas y otros insectos, tradicionalmente se han relacionado con lugares insanos para el ser humano, como ocurre también con gatos, topos, o cigüeñas. La presencia de hongos, o el estado en la salud y el crecimiento de la vegetación, también aportan una información inestimable.
Igual que nosotros, cada organismo, ya sea planta o animal, tiene sus propias necesidades bionergéticas, y prosperan en los lugares con los que entran en resonancia.
Fauna y flora, suelen ser indicadores fiables del carácter geobiológico de los lugares, la observación de la actividad de plantas y animales, y sobre todo, la atención a nuestras propias sensaciones, son el origen de un arte ancestral que durante miles de años ha evolucionado como herramienta de salud, prosperidad y transcendencia, un arte, que es el origen de lo que hoy día conocemos como Geobiología.