El martes 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una jornada para concienciar e implicar a individuos y colectivos en la responsabilidad compartida de conservar y mejorar el entorno.
El sector de la construcción resulta un ámbito de actuación fundamental para la protección del medio ambiente. Se estima que el 30% de las emisiones de CO2 -principales causantes del cambio climático- en Europa procede de los edificios, que consumen el 40% del total de la energía. En nuestro país «el ladrillo» nos dejó un extenso parque de viviendas de baja calidad en cuya construcción se omitieron los criterios relacionados con la sostenibilidad.
En un modelo de edificación sostenible, más respetuoso con el medio ambiente, basado en la economía circular, la madera recobra su protagonismo como material de construcción del siglo XXI. Recurso natural, renovable, reutilizable y biodegradable, la madera atesora un conjunto de beneficios medioambientales que la diferencian del resto y hacen que sea única:
Menos emisiones de CO2
El cambio climático nos advierte de que no podemos continuar con un sistema de construcción como el de las décadas pasadas, tan demandante de energía y productor de emisiones de gases de efecto invernadero. En este sentido, la madera requiere mucha menos energía en el proceso de transformación -de materia prima a material de construcción- que el acero o el hormigón.
La madera, además, es el único material de construcción que sigue absorbiendo y almacenando CO2 de la atmósfera a lo largo de toda la vida útil del edificio. Algo muy importante sobre todo en entornos urbanos donde la concentración de emisiones es elevada. Por tanto, de las dos maneras que existen para reducir el CO2 de la atmósfera: evitar las emisiones o detraerlo y almacenarlo, la madera es el único material que aúna ambas capacidades.
Ahorro de Energía
La madera es uno de los materiales de construcción que mejor aíslan, tanto del frío en invierno como del calor en verano. Es un material idóneo para cumplir con los exigentes estándares de baja demanda energética de la construcción pasiva o de consumo de energía casi nulo (nZEB). Si el consumo de energía es menor, contaminaremos menos el entorno.
Más bosques
El empleo de madera para la construcción garantiza asimismo, por medio de una gestión responsable, controlada y económicamente viable, la preservación de los bosques, sumideros naturales de dióxido de carbono. Las principales organizaciones medioambientales, como FSC o PEFC, defienden que el aprovechamiento sostenible de los recursos forestales es la única garantía de su supervivencia.
Los árboles jóvenes -plantados para obtener la madera- absorben más CO2 que los maduros, los cuales finalmente se mueren y se pudren, devolviendo su almacenamiento de CO2 a la atmósfera; mientras que la mayor parte del CO2 de los árboles cortados en un bosque bien gestionado sigue almacenada a lo largo de la vida útil del producto de madera resultante.
[…] –especialmente a valorar en zonas con mucho tráfico- o los atributos relacionados con la sostenibilidad, el confort o la […]